Se describieron proyectos que van de los talleres de enseñanza a las aplicaciones para teléfonos celulares y traductores automáticos de lenguas indígenas.
Desde la impartición de talleres de enseñanza, tanto presenciales como por medios electrónicos, hasta la aplicación de las tecnologías de la comunicación y la informática, al servicio de la preservación de las lenguas maternas en comunidades indígenas del país, abordó el conversatorio “Proyectos multilingüísticos de lenguas originarias en México”, en el que participó el Centro Cultural Tijuana, institución de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México.
Organizado por el Instituto de Estudios sobre América Latina (IEAL) de la Universidad de Sevilla, España, en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Lengua Materna, el encuentro contó con la intervención del maestro Hugo Cortez Lemus, instructor del taller de lengua p'orhé o purhépecha que imparte en el Cecut, junto con ponentes de otras partes del país.
Titulada “La conservación y revitalización de la lengua p'orhé en la frontera México-Estados Unidos”, el maestro Cortez Lemus advirtió en su ponencia que entre los michoacanos que han migrado a Tijuana “poco a poco va desapareciendo el empleo de su lengua materna”, fenómeno que también se da “en nuestros pueblos de origen”.
Explicó que en su caso, la revitalización de la lengua se lleva a cabo mediante un taller dirigido específicamente a los jóvenes de segunda y tercera generación que ya viven en Tijuana, a quienes buscamos inculcarles nociones de la historia y la cultura de los pueblos purépechas” de los que proceden.
“Comenzamos desde lo más básico, el abecedario, que enseñamos a escribirlo porque nuestra lengua es oral y no tiene un lenguaje escrito, de modo que se ha adaptado el abecedario latino al purépecha y se han hecho intentos por escribirlo de manera correcta, pero se habla más que se escribe”.
A la enseñanza de la lengua se añaden otras actividades relacionadas con la cultura ancestral, como la celebración del Año Nuevo Purépecha, en el que “nos reunimos y tratamos de celebrarlo en la frontera de la forma en que se festeja en Michoacán”.
Cortez Lemus también impulsa un programa de lectura entre los niños de comunidades purhépechas asentadas en Baja California (las hay en San Quintín, Ensenada, Mexicali, Tecate y Rosarito, además de Tijuana), a través de una serie de videos con narraciones en esa lengua.
Por su parte, Jhonnatan Rangel, hablante de zoque ayapaneco, lengua en alto riesgo de desaparición, e investigador posdoctoral asociado al Centro Nacional de Investigación Científica en Francia, describió su proyecto “Ayapabot, usando Twitter como herramienta de revitalización”.
Explicó que con una cuenta en la plataforma Twitter “se le da visibilidad al ayapaneco”, perteneciente a la familia lingüística mixe, “y de la que quedan muy pocos hablantes, todos ellos adultos mayores”; la aplicación “hace traducciones del zoque ayapaneco al castellano” y sus resultados son alentadores.
“La hipótesis es que si podemos hacerlo con una lengua en situación tan extrema como el ayapaneco, del que sólo le quedan ocho hablantes, también se puede hacer para todas las lenguas”, aseguró Rangel.
Petronila Pérez, hablante de mixteco y profesora de educación básica bilingüe en Oaxaca, participó con el tema “Tachi kivin” o “Sembrar una vida”, proyecto inclusivo basado en la enseñanza de la sustentabilidad de plantas alimenticias.
Activista por la defensa del mixteco, Petronila Pérez al mismo tiempo que enseña a sus estudiantes a sembrar árboles frutales y plantas medicinales, transmite la lengua materna de su comunidad.
“La lengua es vida, la naturaleza es vida, comer saludable también es vida, cada una de estas pequeñas acciones que nosotros realizamos, como nombrar los árboles con niños de primaria ayuda a mantener viva la lengua que se está perdiendo”, señaló.
Marco A. Martínez, hablante de la lengua ayöok, usada en la región de Santa María Ocotepec, Oaxaca, y creador de aplicaciones para teléfono celular que buscan revitalizar su uso se refirió a dos en particular: la ap-ok maaytik y la app Kumoontun.
“Kumoontun significa tequio en ayöok, es decir, trabajo en equipo, no remunerado, “ese que se realiza en las comunidades para su propio beneficio, como limpiar carreteras, construir escuelas, abrir caminos vecinales, etc.”, explicó al señalar que “en 2018 creamos una aplicación que pudiera utilizarse en los talleres para enseñar su idioma a niños de la región mixe”.
La aplicación cuenta ya con versiones para Android e iPhone, permite consultar el material de los talleres de lengua para niños y posee un vocabulario abundante organizado en campos semánticos de plantas y animales, tradiciones y “la cultura de esos pueblos, como el respeto al maíz, la creación del universo y la relación con la naturaleza”, sentenció.
Kupijy Vargas, estudiante de la carrera de Pedagogía en la UNAM, habló sobre su proyecto “Bibliotecas comunitarias. Fomento a la cultura y revitalización de la lengua y el pensamiento comunitario” que puso en marcha en Santa María Tlahuitoltepec, en la sierra mixe de Oaxaca.
Ganadora del Premio Estatal de la Juventud 2019 en la categoría de Actividades Artísticas, Vargas expuso su labor de recolección de libros para diversas comunidades de su estado natal y como resultado de su gestión pudo conseguir “un tráiler lleno de libros”.
No obstante, “todos los libros están escritos en la lengua oficial del Estado mexicano, que es el español, pero nos damos cuenta de que podemos hacer articulaciones con diversos colectivos buscando obras de las lenguas que se hablan en cada lugar y retomar las bibliotecas como espacios de conocimiento de las propias comunidades”, apuntó la activista.
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